En el cuarto encuentro de Photobook Club Mallorca nos visitó Toni Amengual y nos habló de la edición de sus libros. Esta vez llevé a un «clásico», aunque quizás no tan conocido por sus fotografías de graffiti, Brassaï (Gyula Halász). Un catálogo de una exposición que me hubiese gustado ver, “Graffiti. Brassaï”.

Brassaï fue uno de los primeros en entender el graffiti como un arte y lo definió como la verdadera esencia de la realidad. Cuando llegó a París en 1924 confesó preferir «el lenguaje universal del museo más hermoso del mundo: el lenguaje de los muros» a las exposiciones y visitas a los museos.

Fotografía de Brassai, del libro-catálogo  "Graffiti"

Salvando las distancias, me identifico con la pasión y obsesión de Brassaï por fotografiar los graffiti. Recorrió las calles de París desde principios de la década de 1930 hasta finales de los 50, rastreando y capturando esas obras anónimas.

Mayoritariamente, fotografía el graffiti que está grabado sobre el muro, no los pintados o dibujados. Son más indestructibles, más resistentes. Incluso llegó un momento en que llevaba cuadernos para hacer anotaciones y así poder volver y seguir su evolución. También los comenta y clasifica. Realmente es un trabajo documental descomunal.

Cuadernos de Brassaï, que aparecen en el libro-catálogo "Graffiti"

Como Brassaï, la fotografía es la herramienta que utilizo para documentar los graffiti. Así se salvan del olvido. Y como dice él se hace visible «el arte de los humildes desprovistos de cultura y de educación artística, reducidos a crear todo con su propio fondo, a reinventarlo todo por su propio impulso. Un arte que ignoramos y que se ignora. El lenguaje de las imágenes es el más primitivo, pero nosotros hemos olvidado escuchar ese lenguaje mudo sin la mediación de la palabra» Pero, ¿qué pensaría ahora Brassaï si se pasease ahora por las calles de París?