La tarde del 30 de agosto de 2013 tuve la suerte de presenciar el primer encuentro entre PEZ y CRANIO. Fue en los jardines de las Tres Xemeneies en el barrio barcelonés El Poble Sec.
Y digo suerte porque poder observar todo el proceso creativo de dos artistas que me gustan no es habitual.
Los graffitis de Pez forman parte de mi vida barcelonesa. Al callejear por los diferentes barrios de Barcelona es fácil encontrarte con ellos. Sus peces siempre me producen un efecto inmediato, les devuelvo la sonrisa 😀
Los indios brasileños azules de Cranio los descubrí en Instagram. Me llamó la atención el azul de la piel, su discurso y las situaciones cómicas en las que los mete. Desde entonces sigo a sus seres azules.
Tienen en común que su herramienta de trabajo es el aerosol, cada uno con su gama de colores y su técnica. Les acompaña siempre su personaje particular con el que crean historias llenando de humor los muros de las ciudades. Y además, llevan años haciéndolo en la calle con un estilo muy definido.
Cuando llegué a las Tres Xemeneies, Pez ya había escogido uno de los muros y estaba dándole una mano de pintura blanca. Estuve charlando con él de cómo había cambiado el mundo del graffiti en los últimos años, mientras esperábamos a Cranio. Llevaba el permiso para poder pintar allí. Escogió hacerlo de manera legal para poder estar tranquilos y disfrutar de una tarde grafiteando juntos.
Llegó Cranio, era la primera vez que se veían, y en unos segundos plasmaron algunas ideas en un papel y ¡a grafitear!
Un primer esbozo general en el muro, donde se distribuían los peces sonrientes y en sus ojos empiezan a jugar con los indios. Uno arriba, otro abajo, en un extremo… Moviéndose por el muro al ritmo del aerosol. Conversaciones, silencios, risas y algún descanso. Retirarse unos pasos y observar en la distancia, aportar ideas, atender a los curiosos…
Flipé con el dominio del aerosol que tiene Cranio en esos pequeños detalles, parecían pinceles en sus manos.
Más de 4 horas creando una obra en la calle en una tarde de agosto y que no saben cuanto tiempo permanecerá. Sólo los afortunados que pasaron por allí mientras fue respetada pudieron disfrutar de ella en directo, la mejor manera de verla. Seguro que sacó unas cuantas sonrisas.
Es la magia del arte en la calle, encontrarte con él, la sorpresa.
Me encantó poder verlos en acción juntos. No se conocían y se entendieron a la perfección. A la vista está en el divertido y colorido graffiti que nos regalaron.
Gracias a Pez y a Cranio por compartir una tarde creativa, conversaciones… y permitirme capturar esos instantes que, aunque con mucha demora, los he podido reunir aquí.
Pincha sobre la primera foto y podrás pasar las imágenes siguiendo el proceso de creación del graffiti.
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